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papel

Ya hemos hablado en este blog de algunos mitos sobre el papel extendidos en nuestra sociedad pero que están muy lejos de la realidad. Como materia prima fundamental para nuestro trabajo, la elaboración e impresión de etiquetas, hoy profundizamos en otro aspecto a tener en cuenta sobre este importante material: la diferencia entre papel ecológico y papel reciclado.

En general, se piensa que los conceptos de papel reciclado y papel ecológico son sinónimos, puesto que para la fabricación del papel reciclado se emplean papeles ya usados. Así no se consume más materia prima virgen y se respeta el medio ambiente, una práctica que se puede considerar ecológica.

Sin embargo, para catalogar un papel como ecológico se mide el impacto ambiental del ciclo de vida completo del producto, desde su elaboración hasta su destino final. A lo largo de todo este proceso se tiene en cuenta el uso y consumo de recursos naturales y energía, las emisiones al aire, agua y suelo, la eliminación de los residuos, la producción de ruidos y olores durante la extracción de las materias primas, la producción del papel, su distribución, su uso y su destino final como residuo.

En cambio, un papel es catalogado como reciclado simplemente cuando para su fabricación se han empleado como materias primas fibras recuperadas de papel y/o cartón que ya ha sido utilizado o que se ha considerado desecho. Pero no se tiene en cuenta todo su proceso de elaboración, durante el cual quizás se lleven a cabo procesos contaminantes, como puede ser su blanqueamiento con cloro gas, un material muy contaminante.

Por tanto, existe en el mercado papel reciclado que puede no ser ecológico si, a pesar de utilizar fibras de papel ya usado, mantiene un proceso productivo contaminante. Mientras que también existe papel ecológico que no es reciclado, ya que, aunque su proceso de producción sea respetuoso con el medio ambiente, utiliza pasta virgen como materia prima.

Tampoco hay que olvidar que el consumo de madera para la fabricación de papel, si éste proviene de plantaciones sostenibles, como ocurre en la mayoría de los casos, contribuimos al cuidado de los bosques y a la reforestación mundial. Por consiguiente, podríamos considerarlo como uno de los materiales más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente.